Cuando un librero cambió todo: La verdadera historia de cómo nació Dadácticos
Hola, soy Patty, y esta es la historia de cómo nació Dadácticos. Spoiler: comenzó con un niño, muchos libros 📚 y una caja de cartón 📦.
Todo sucedió en 2020, ese año que todos recordamos por la cuarentena 🏠, el encierro 🤧 y el caos 🙃. Hasta entonces, yo trabajaba en el mundo corporativo como consultora empresarial (sí, de esas que viven en reuniones interminables 📊☕), mientras mi papá, Abel, era el cerebro detrás de proyectos en madera y muebles 🪑. Pero, como a muchos, la pandemia nos cambió los planes. Mi contrato terminó, mi papá tuvo que cerrar sus proyectos, y de repente estábamos los dos en casa, sin mucho más que hacer que pensar en qué cocinar para el almuerzo 🍲.
Y ahí estaba yo, mamá de Diego 👶, un niño de un año y medio que estaba a puertas de cumplir dos. Todo parecía bajo control, excepto por un pequeño detalle: no tenía la infraestructura adecuada para un niño en crecimiento. Tenía el típico cuarto de bebé 🏡: cuna, cambiador y cómoda, pero nada que funcionara para un toddler con energía ilimitada ⚡.
La chispa que encendió todo 📚✨
Un día, mientras pensaba cómo entretener a Diego sin recurrir a episodios infinitos de caricaturas (aunque, seamos honestas, no las descarto del todo 🙈📺), se me ocurrió algo que parecía infalible: libros. Siempre he creído que mientras más temprano introduces a un niño al mundo de la lectura, mejor será para su desarrollo 🧠💡.
Así que me emocioné y compré alrededor de 20 libros 📚. Libros con dibujos enormes, de esos que dices “¡Qué bonito!” 😍 pero que pesan más que el niño. ¿El problema? No tenía dónde ponerlos. Sin un mueble adecuado, los terminé guardando en una caja de cartón que dejé en el piso 📦. Diego podía usarlos, claro, pero verlos ahí desparramados me ponía nerviosa 😬.
Entonces, miré esa caja y pensé: "Esto no es suficiente. Necesito algo que sea bonito ✨, práctico 🛠️ y que Diego pueda usar solo."
El salvador en acción 🌟
Aquí es donde entra mi papá, Abel. Para mí, él no es solo un diseñador de muebles; es el tipo de persona que cree que todo en la vida se puede solucionar con ideas innovadoras, que nacen con una buena taza de café ☕.
Le expliqué mi problema y le pedí ayuda. Su respuesta: "Dame un par de días." Pero si conoces a mi papá, sabes que eso significa "Te llamaré cuando esté perfecto."
Así que, clandestinamente y a puertas cerradas (porque la pandemia no nos lo puso fácil 🙃🔒), se fue al taller con un par de personas, diseñó, cortó, probó y, semanas después, regresó a casa con el primer librero juguetero de Dadácticos.
Era perfecto: un mix de blanco con natural ⭐️🌳, con bordes redondeados y a la altura justa para que Diego pudiera alcanzar sus cuentos sin problemas. Y lo mejor de todo, ¡quedaba bonito en la sala! 🎡
El momento mágico ✨
Cuando colocamos el librero en la sala, algo increíble sucedió: Diego, con solo un año y medio, comenzó a interactuar con él de forma completamente intuitiva 🥹. Sacaba los libros, los hojeaba y luego los guardaba sin que yo le dijera nada. Fue emocionante verlo usar el librero como si siempre hubiera estado ahí.
Ese día, entre cuentos desparramados por el suelo y la alegría de verlo tan concentrado ✨, entendí que algo tan sencillo como un mueble podía transformar la manera en que los niños descubren el mundo 🌍. Lo que comenzó como una solución para organizar libros 📖 se convirtió en la chispa de lo que hoy es Dadácticos 💡.
De un librero a una idea compartida 📸✨
Subí una foto del librero a Facebook, pensando que sería un simple post para compartir mi alegría. Pero lo que pasó después me dejó sorprendida 🤯. Mamás de todas partes comenzaron a comentar: “¡Qué lindo! ¿Dónde lo compraste?” “¿Lo haces en otros colores?” “¿Cuánto cuesta?”
Y ahí estaba yo, sin negocio, sin catálogo y con una sola respuesta: "Bueno... sí, puedo hacerlo para ti."
El caos del inicio: café, mensajes y pañales ☕📲
Pronto mi celular no paraba de sonar 📞. Los mensajes llegaban a todas horas (especialmente a las 2 a.m., porque sabemos que las mamás usan el celular cuando todo está en silencio 🌙📲). Mi sala se convirtió en nuestro centro de operaciones: mi papá diseñaba, yo atendía los pedidos, ni mi esposo se salvó de hacer algunas entregas de última hora 🚗, y entre todo, Diego seguía siendo mi inspiración y el supervisor oficial de cada mueble 🧸👩🎨.
A pesar del caos, cada pequeña victoria nos llenaba de esperanza. Me emocionaba leer los comentarios de las mamás que nos agradecían por haber creado algo tan único y funcional. Fue ahí cuando supe que este pequeño proyecto podía convertirse en algo mucho más grande.
Adaptarse en tiempos de pandemia 😷🙌
Con la pandemia en pleno auge, tuvimos que adaptarnos rápidamente. Diseñamos un sistema de entregas puerta a puerta, asegurándonos de cumplir con todas las medidas de bioseguridad. Cada mueble se entregaba con mascarillas, distancia y litros de alcohol en gel 👊🛠️.
Fueron días desafiantes, pero también llenos de aprendizaje. Cada entrega no solo era una transacción, sino un pequeño recordatorio de que podíamos superar cualquier obstáculo juntos.
Crecer y soñar ✨🏡
Para octubre de 2020, ya habíamos diseñado 6 muebles diferentes y cada uno pasaba por un riguroso “laboratorio de pruebas”: nuestra propia casa. Diego probaba cada mueble con una mezcla de entusiasmo y curiosidad, mientras yo ajustaba detalles para hacerlos perfectos.
Ese rincón no solo era su zona de juegos, sino también el lugar donde nacían muchas ideas que luego se convertirían en parte de hogares llenos de magia y organización.
El equipo detrás del sueño 🙏🪑
Hoy, Dadácticos no solo es un sueño hecho realidad, sino una familia extendida. Contamos con un equipo comprometido, liderado por mi papá Abel, que sigue innovando y creando muebles funcionales y hermosos. Cada mueble está diseñado para cumplir con las necesidades de las familias peruanas que buscan soluciones seguras, duraderas y estéticas para sus hogares.
Cada uno de nosotros comparte el mismo objetivo: transformar espacios infantiles en lugares que inspiran, enseñan y alegran. Este viaje ha sido todo un reto, pero también una de las experiencias más gratificantes de mi vida.
Un sueño hecho realidad 🌈
Si algo aprendí en este camino es que los grandes cambios no siempre necesitan grandes planes. A veces, solo necesitas una idea sencilla 💡 y las ganas de dar un paso hacia lo desconocido. Porque al final, los sueños no se construyen solo con madera y tornillos 🪑🔧; se construyen con amor ❤️, perseverancia 💪 y la valentía de creer que algo pequeño puede convertirse en algo extraordinario ✨